Desayunar es importante a cualquier edad, pero especialmente durante la etapa escolar. Reponer fuerzas y cargarse de energía para afrontar la jornada es muy importante para nuestros hijos.
Los expertos tienen claro que un buen desayuno mejora el rendimiento escolar. Si el niño no desayuna o su desayuno no es correcto, perderá capacidad de atención en las primeras horas y le resultará difícil seguir el ritmo de sus compañeros. Podría, incluso, llegar a dormirse en clase.
La receta del desayuno ideal
Un desayuno ideal debe tener las siguientes características:
– Debe ser energético: aportando un 25% de la cantidad de nutrientes necesarios de cada día.
– Grupos de alimentos: es importante que siempre incluya un lácteo (leche o yogur), hidratos de carbono (pan, galletas, cereales) y fruta (una pieza de fruta o un zumo natural).
– Tiempo. Los expertos recomiendan dedicar un tiempo concreto para esta comida del día: no menos de 10 minutos ni más de 20.
¿Y si no quiere desayunar?
Muchas veces nos encontramos con que nuestros hijos se levantan y no quieren desayunar o se aburren de tomar siempre lo mismo. Estas son algunas claves que pueden ayudar:
– En familia. Es muy importante que los padres den ejemplo. Si los padres se saltan esta comida, los niños también lo harán.
– Organización. Para evitar prisas a primera hora de la mañana lo mejor es dejar todo organizado la noche antes.
– Un desayuno variado. Para evitar que esta comida resulte monótona, es importante que el desayuno vaya cambiando y sea atractivo para nuestros hijos. Manteniendo los grupos de alimentos básicos que se deben incluir, se pueden hacer muchas variaciones. Por ejemplo, puedes cambiar las tostadas por galletas, la leche por yogur natural, elegir frutas de temporada para hacer zumos o servir en trocitos y preséntalo de forma atractiva para la vista. Recuerda que con la vista también se come.